diciembre 11, 2019
¿Sabías qué…?
Fue el científico Joseph Priestley quien de forma casual, como casi todos los descubrimientos de la historia, frotó un trozo de caucho sobre un papel en el que había escrito con lapiz y descubrió que se borraba, aunque no se dió cuenta de lo que podría conseguir con esta prueba. Quien las comenzó a vender por una libra en 1770 fue el ingeniero Edward Nairne, quien también las descubrió accidentalmente. Fue borrando por equivocación un trazo a lápiz con el caucho con el que solía trabajabar.